Este jueves 10 de abril de 2025, el mundo del futbol se vistió de luto tras confirmarse el fallecimiento de Leo Beenhakker, histórico entrenador neerlandés que murió a los 82 años debido a una enfermedad que lo aquejaba desde hace tiempo.
Beenhakker, quien dejó una huella imborrable en el futbol mexicano al dirigir a los dos clubes más laureados del país, América y Chivas, también brilló en Europa al frente de equipos como Real Madrid, Ajax y Feyenoord.
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Nacido en Rotterdam, Países Bajos, Beenhakker construyó una carrera legendaria que lo llevó a conquistar títulos en distintos continentes.
En España, su paso por el Real Madrid entre 1986 y 1989 marcó una época dorada: logró tres títulos consecutivos de LaLiga, un récord que ningún entrenador ha igualado desde entonces. A ello sumó una Copa del Rey y una Supercopa de España, consolidándose como uno de los técnicos más exitosos en la historia merengue.
En su país natal, Beenhakker hizo historia al convertirse en el único entrenador en ganar la Eredivisie tanto con el Ajax (dos veces) como con el Feyenoord (una vez), demostrando su versatilidad y capacidad para liderar a equipos rivales.
Su trayectoria también incluyó experiencias internacionales dirigiendo selecciones como Países Bajos en el Mundial de Italia 1990, además de Arabia Saudita, Trinidad y Tobago y Polonia.
¿Cómo fue su paso por el futbol mexicano?
En México, su legado resuena con fuerza entre los aficionados.
Con el América, Beenhakker dirigió a figuras icónicas como Cuauhtémoc Blanco, Kalusha Bwalya y François Omam-Biyik, formando un equipo que muchos consideran de los más brillantes en la historia del club.
Su paso por Chivas también dejó recuerdos imborrables, ganándose el respeto de las dos aficiones más grandes del país.
En los últimos meses, medios neerlandeses habían reportado el deterioro de su salud, que lo mantenía confinado en su hogar.
Su muerte cierra un capítulo glorioso en la historia del futbol, pero su influencia perdurará en cada club y selección que tuvo el privilegio de contar con su dirección técnica. Beenhakker no solo fue un estratega excepcional, sino un símbolo de pasión y dedicación al balompié.