El 9 de diciembre de 1923, hace ya 100 años, la Selección Mexicana jugaba el que es considerado como su primer partido en la historia. México vencía en el Parque España a Guatemala, 2-1.

Al día siguiente, las páginas de EL UNIVERSAL titulaban el evento: “Los equipos del México y Guatemala que ayer lucharon, habiendo resultados vencedores los mexicanos”.

Desde ese momento la Selección se ha vuelto una compañera infaltable de la sociedad, actuando no sólo como elemento deportivo, sino también político y hasta empresarial.

Hoy, el Tricolor “es una industria”, que como tal sirve para obtener ganancias no sólo de dinero, sino propagandísticas, pero también es objeto de gozo y distractor, “un pretexto perfecto para sumarse a las angustias cotidianas”.

El sociólogo Sergio Varela, titulado por la UNAM, resalta el fenómeno que causa el equipo mexicano a 100 años de debut: “No refleja a la sociedad mexicana, refleja algunas particularidades…”, menciona.

No representa al país, “no somos Chicharito o Chucky. Representa a un círculo privilegiado, porque son 11 mexicanos millonarios que van atrás de una pelota. No todos los mexicanos tenemos ese gusto”.

Y claro, la Selección es una empresa: “Obviamente, en 1923 no representaba lo que ahora, ni simbólicamente, ni emocionalmente ni mercantilmente”.

Hay simbolismo nacionalista, “pero eso nació ya en la segunda mitad del Siglo XX para acá”.

Es utilizada por la política “claramente. No podemos entenderla sin Televisa, y claro ligada al PRI, ya que en su momento sirvió para crear la idea de unidad nacional y patriotismo, eso que le encanta a las clases políticas en el mundo”.

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