Santos Laguna sigue navegando en la mediocridad. Ni la llegada del Tato Ortiz ha logrado hacer que los Guerreros salgan de la profunda crisis que atraviesan.
En el Nuevo Estadio Corona, sufrieron una dolorosa derrota (0-2) ante el Puebla de Pablo Guede que aprovechó las deficiencias defensivas de su rival.
Todo parecía indicar que el partido en el territorio lagunero no ofrecería demasiado espectáculo para los aficionados.
Santos y Puebla se presentaban como el 17 y 18 de la clasificación general; sin embargo, ambos equipos, por su necesidad de sumar puntos para salir del fondo, se olvidaron de su posición e intentaron quedarse con la victoria.
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La primera mitad fue prácticamente un ida y vuelta. Tanto Carlos Acevedo como Miguel Jiménez, se lucieron con un par de atajadas que arrancaron la emoción del público en el TSM.
Pero, en el minuto 15, apareció el futbolista diferente de La Franja, Luis Quiñones, para abrir el marcador en una jugada fortuita.
Luego de una serie de rebotes dentro del área de los Guerreros, el experimentado colombiano conectó con la cabeza y mandó el esférico al fondo de las redes.
Rápidamente, el conjunto de Pablo Guede incrementó el marcador, pero el gol terminó siendo anulado, por una falta del anotador Emiliano Gómez, tras la revisión en el monitor del VAR.
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A pesar de que el marcador no se movió, los ánimos de los locales sí cambiaron. Los dirigidos por Fernando Ortiz se vinieron abajo y dejaron de generar peligro en la portería rival.
El Puebla también bajó las revoluciones, sintiéndose satisfecho con los tres puntos en condición de visitante, pero controlando las acciones del encuentro.
Hasta que Pablo González (71') puso cifras definitivas. El mexicano se animó a disparar desde fuera del área y un pequeño desvío permitió el segundo tanto poblano de la noche.
El Puebla terminó por hundir a un Santos Laguna que no levanta cabeza. El proyecto del Tano Ortiz ya comienza a tambalearse.
