Su veneno es 14 veces más potente que el de una serpiente de cascabel. Aunque no son agresivas y atacan solo cuando están amenazadas, su mordida puede pasar desapercibida porque no es dolorosa. (Foto: James Gathany/Wikicommons)
Buscan lugares calientes y secos para refugiarse, pero son altamente peligrosas si se les provoca. Se reportan más mordidas en el verano, especialmente en niños. (Foto: mattb/Wikicommons)
Redacción
Una docena de estadounidenses muere por sus mordeduras cada año. Liberan un químico llamado histamina que provoca enrojecimiento de la piel e hinchazón, pero también puede desatar un shock alérgico en ciertas personas. (Foto: Wikicommons)
Redacción
El único lugar del mundo donde no se encuentra es en la Antártica. Transmite la malaria, aunque solo las hembras son portadoras. Aunque hay tratamientos para la enfermedad, aún no existe una vacuna. (Foto: Wikicommons/ Dunpharlain)
Redacción
Es nativa de África y se alimenta lentamente de la sangre de los mamífero. Es portadora de un parásito que provoca muerte por parálisis, hasta llevar a un coma. Aunque la enfermedad es tratable, la medicación es muy costosa. (Foto: Wikicommons)
Redacción
Al año mueren hasta mil personas por su picadura, aunque solo un cuarto de los escorpiones son venenosos. Hay 1,700 especies de distintos tamaños y colores y dependen bastante de su sentido del olfato. (Foto: Drini (Pedro Sánchez/Wikicommons)
Redacción
Cada año provocan hasta 14 mil muertes. Son nativos de América y provocan un shock anafiláctico que es mortal si no se atiende. Les atrae la temperatura y olor del cuerpo humano. (Foto: Wikicommons)
Redacción
Pueden reducir el cuerpo de una persona a los huesos en solo cuatro horas. Luego de morder, liberan ácido fórmico e ingresan en los órganos internos, provocando dolor extremo. (Foto: Bartolucci/Wikicommons)
Redacción
Son nativas de Sudamérica y los hábitats tropicales. Su picadura puede paralizar a una persona al instante y sofocarla, provocando la muerte. (Foto: Dick Culbert/Wikicommons)
Redacción
Nativa de Asia, sus piuetes afectan el conteo de las céulas rojas en el cuerpo, provocando falla renal. Tienen el tamaño de un pulgar y son atraídas por el olor y calor humanos. Son especialmente agresivas si sus víctimas huyen. (Foto: Yasunori Koide/Wikicommons)