Este dispositivo opera a una frecuencia electromagnética de 2.4 gigahercios, similar a la del WiFi, lo que causa interferencia entre ambas señales. (Foto: Pixabay)
La frecuencia de estos dispositivos es similar a la del WiFi, por lo que te conviene mantenerlos alejados de tu módem para que no haya problema. (Foto: Pixabay)
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El agua que contienen sus tuberías bloquea las ondas inalámbricas de Internet y puede provocar que tu conexión pierda potencia. (Foto: Pixabay)
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El metal es uno de los materiales que entran en mayor conflicto con tu WiFi, por lo que es mejor que tu router no este colocado en un mueble de este tipo. Algo similar sucede con el cristal, aunque en menor medida. (Foto: Pixabay)
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Estas decoraciones generan sus propios campos electromagnéticos que provocan interferencia con la red de Internet. Sin embargo, no tendrás que preocuparte por ello salvo en épocas navideñas. (Foto: Pixabay)
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Materiales como piedra, cemento, mármol, ladrillos y el yeso actúan como una materia que bloquea el paso del WiFi, especialmente en viviendas grandes.