El LA Galaxy agrandó este sábado su leyenda con la conquista de su sexta MLS Cup al derrotar por 2-1 a New York Red Bulls y con la estrella del equipo, Riqui Puig, más presente que nunca pese a su ausencia por lesión.
El conjunto galáctico solo necesitó nueve minutos para inaugurar el marcador y ponerse por delante del equipo rival tras un remate con la derecha desde el centro del área del ghanés Joseph Paintsil.
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El tanto fue dedicado a Puig, quien se encontraba en la grada viendo el encuentro tras romperse la semana pasada el ligamento cruzado en la final de la Conferencia Oeste de la MLS contra los Sounders de Seattle.
Los más 26.800 asistentes al estadio del Galaxy enloquecían cada vez que el centrocampista español aparecía en la pantalla del marcador. Vestido de traje, por lo que fuese a pasar, saludaba a la cámara mientras los galácticos coreaban su nombre en agradecimiento a una temporada que ha hecho realidad su sueño.
Aun y con la ausencia del jugador español, los de Greg Vanney mantuvieron el ritmo de ataque. No faltaron ocasiones para el brasileño Gabriel Pec que, pese a no marcar, despuntó durante la primera parte del encuentro y peleó por la pelota desde el extremo derecho.
Cuatro minutos después del primer gol del Galaxy, un remate del serbio Dejan Joveljic desde el corazón del área asestó el 2-0 e hizo cuesta arriba la defensa de los Bulls, dañada por la ausencia de último momento del colombiano Andrés Reyes.
El estadounidense Sean Nealis aun así logró acortar distancias con un remate con la derecha desde el centro del área en el minuto 28, logrando el 2-1.
El Galaxy aprovechó hasta el último suspiro de la primera parte para crear ocasiones. A dos minutos del descanso, el paraguayo Carlos Coronel detuvo un disparo a bocajarro de Joveljic.
El conjunto local apostó en la primera parte por un juego de ataque, creando más ocasiones de gol frente a unos Red Bulls que, pese a liderar la posesión de la pelota, contó con lagunas defensivas.
Sin embargo, la tónica del partido cambió en el segundo tiempo, en especial para los Red Bulls, que se volcaron en el ataque, encontrando ocasiones y tratando de llegar a la portería mientras los galácticos se cerraban en la defensa.
En el minuto 72 vino la oportunidad más clara de gol para los neoyorquinos con un remate de Emil Forsberg que fue a parar al travesaño. Y pese a apretar sin descanso, la defensa galáctica resultaba imbatible.
A cuatro minutos del pitido final, los Red Bulls tuvieron una oportunidad de gol que hizo tambalear el césped de los Galaxy. Y ahí quedaron, en el área del rival hasta que sonó, un pitido que parecía el final pero resultó ser falsa alarma.
La gloria para el Galaxy tuvo que aguardar un minuto más, con la llegada, ahora sí, de los tres pitios que marcaron el final de un encuentro y el principio de una nueva era para Los Ángeles.
El Galaxy suma un nuevo trofeo después de una década. La victoria de hoy los mantiene en el Olimpo de la MLS, siendo el equipo que más veces ha ganado este trofeo en la historia.