Los clubes de fútbol, más allá de sus nombres oficiales, a menudo son conocidos por apodos que reflejan su historia, estilo de juego o características distintivas. Estos apodos se arraigan en la cultura futbolística y son parte integral de la identidad de cada equipo.
Los apodos agregan capas de significado y pasión a la rica historia del fútbol mundial. Cada uno de estos apodos cuenta una historia única, creando una conexión especial entre los clubes y sus seguidores. En el caso del Real Madrid, esta tradición de apodos es vasta y variada, desde los clásicos "blancos" hasta los más evocativos "vikingos".
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Sin embargo, hay uno que destaca entre los demás: "merengues". Este apelativo, que se ha convertido en sinónimo del Real Madrid y sus seguidores, tiene sus raíces en el color característico del equipo: el blanco.
Desde su fundación, el Real Madrid ha lucido orgullosamente el blanco en su equipación principal, lo que ha llevado a que tanto el equipo como sus seguidores sean conocidos como "merengues". Pero, ¿de dónde proviene exactamente este apodo?
La respuesta nos lleva a mediados del siglo pasado, cuando el periodista Matías Prats Cañete, con su habilidad narrativa única, popularizó el término durante sus emocionantes transmisiones radiofónicas. Inspirado por el color blanco del equipo y la semejanza con el famoso postre, Prats Cañete bautizó a los madridistas como "merengues", creando así un vínculo aún más profundo entre el club y su apodo característico.
Desde entonces, "merengues" se ha convertido en un término de cariño y orgullo para los seguidores del Real Madrid en todo el mundo, encapsulando no solo el color de su equipo, sino también la pasión, la grandeza y la historia que rodea a este icónico club de fútbol.
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Sin dudas, los apodos en el mundo del fútbol trascienden lo meramente descriptivo, son una expresión de la cultura futbolística, una conexión emocional entre los equipos, sus seguidores y la rica historia del deporte rey. Y en el caso del Real Madrid, "merengues" es más que un apodo, es un símbolo de identidad que perdura a lo largo del tiempo.
