Raúl Jiménez, canterano del América, se perfilaba para ser el siguiente referente en ataque de la Selección Mexicana y del futbol mexicano en Europa; sin embargo, su etapa como futbolista, que alcanzó una cima muy alta, tiene un momento que no para de descender, en un trayecto que, por ahora, no conoce fondo.
El atacante mexicano, que suma un total de 40 goles y 19 asistencias en su carrera en Premier League, alcanzó el punto más álgido en su estadía en Inglaterra con el Wolverhampton previo a una lesión que le marcó de por vida y que pudo terminar con su carrera como futbolista profesional.
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El 29 de noviembre del 2020, cuando Raúl se perfilaba para tener otra gran temporada con los Wolves, el mexicano lideraba el ataque de su equipo en la visita al Emirates Stadium ante el Arsenal, sin saber que su vida se tornaría en un cambio radical. En un saque de esquina en favor de los Gunners, Jiménez realizaba labores de sacrificio en defensa, cuando David Luiz se tomó impulso serio, tomando una velocidad desmedida, que acabó con una fractura craneal de Raúl.
A partir de ahí, la vida de Raúl Jiménez dio un giro de 180 grados, dirigiéndose en sentido contrario al éxito que auguraban para el delantero mexicano. Ocho meses después del fatídico día, el killer regresó a las canchas, pero no siendo el mismo, volvió el 14 de agosto del 2021, en la derrota de su equipo ante el Leicester City.
Su primer gol, tras la lesión, lo hizo el 29 de septiembre ante el Southampton, augurando que podía volver al nivel mostrado en las tres temporadas anteriores. Sin embargo, no fue así. Desde su lesión, Raúl Jiménez únicamente ha marcado únicamente 10 goles desde ese 14 de agosto de 2021.
El bache más agónico de Raúl sigue cavando en el suelo de la perdición goleadora, ya que hasta este lunes, el mexicano suma 600 días sin anotar un gol en Premier League, luego de hacerlo por última vez el 10 de marzo de 2022, cuando se disputaba la segunda parte de la temporada 2021-22 de la liga inglesa.
Más de mil 500 minutos sin marcar, casi 30 encuentros seguidos, en los que ni siquiera un cambio de equipo (fichó por el Fulham el verano pasado) ha podido romper esa pésima racha que no solo lo golpea anímicamente, sino que le resta confianza y credibilidad con los fanáticos de su club y de la Selección Mexicana.
Cada partido venidero será una nueva oportunidad de romper la maldición, pero mientras Raúl no lo consiga, el hoyo cada vez es más profundo, incluso podría perder la salida del mismo.
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