El estadio BBVA de Monterrey se robó los reflectores el pasado miércoles 10 de abril. El conjunto de la Sultana del Norte dio un golpe de autoridad en los Cuartos de Final de la Copa de Campeones de la Concacaf, al eliminar al Inter de Miami donde militan Lionel Messi, Luis Suárez y Sergio Busquets.
En el duelo, bastaron los goles de Brandon Vázquez, Germán Berterame y Jesús Gallardo, para finiquitar el duelo a tres goles contra uno (5-2, en el global). Sin embargo, fue un encontronazo en el que ninguna de las dos escuadras iba a ceder terreno, por el contrario estaban dispuestos a todo con tal de sacar el triunfo.
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Una muestra de ello fue lo que sucedió en el duelo que tuvieron el defensa central de Rayados, Víctor Guzmán, y el delantero uruguayo del Inter de Miami, Luis Suárez, quien de nueva cuenta volvió a mostrar su faceta más salvaje para desarmar, casi literalmente, al rival.
Antes de irse al descanso, sobre el minuto 41 de juego, Víctor Guzmán y Luis Suárez quedaron en mano a mano en una jugada aérea dentro del área; cuando el balón se alejó, y por ende también la mirada del resto de jugadores y del árbitro, el charrúa tomó el brazo izquierdo el defensa de Rayados y como un auténtico gladiador de la lucha libre mexicana le aplicó una palanca al brazo.
A través de la toma de televisión, se puede apreciar el rictus de dolor en el rostro del dorsal '4' de los regiomontanos al tiempo que fue a dar al césped. El balón fue rechazado y se inició un ataque para Monterrey mientras el 'Toro' pedía el ingreso de las asistencias médicas.
El silbante central no se percató del incidente y Suárez se salvó de ver por lo menos una tarjeta amarilla; sin embargo, esta no es la primera ocasión que el uruguayo reacciona de esta manera atroz.
En 2010, Luis Suárez propinó su primera mordida, cuando militaba en el Ajax y metió la dentadura en el cuello de Bakkal, jugador de PSV. En aquella ocasión, el sudamericano corrió con bastante suerte, pues el árbitro no vio la acción y dejó la agresión impune.
En 2013, Suárez dio una mordida al serbio Branislav Ivanovic, cuando se cruzaron en un duelo entre el Liverpool y el Chelsea, lo que le costó un sanción de 10 partidos fuera de actividad.
En 2014, en plena Copa de Mundo de Brasil, realizó un acto muy similar, cuando le clavó los dientes al defensor italiano Chiellini, misma que lo dejó fuera de la justa mundialista.