Quién de niño no añoró ser futbolista profesional… Sin embargo, usualmente se queda en eso, sueños, ya que son muy pocos los afortunados que tienen la oportunidad de llegar a Primera División.
Y lo difícil de estar en el profesionalismo es mantenerse, dejar todo en la cancha por la playera. Y es que es bien sabido que los que viven de la redonda tienen salarios que jamás encontrarían en un empleo común, es por eso que muchos, de dejan llevar por la tentación y los excesos.
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Hablar de Uruguay es hablar de futbol. Pese a ser un país que territorialmente es chico, es enorme en la producción de jugadores, por lo que no tardan en debutar, sin importar que no tengan la mayoría de edad en ocasiones.
Casos hay muchos y, bastante conocidos. No obstante, la otra cara de la moneda es la que nadie voltea a ver, aquellas historias de los que se quedan en el camino y desafortunadamente nadie sabe que pasa con ellos.
Es el caso de una joven joya del futbol charrúa, quien en el Mundial Sub 17 de 2011 ante México en el Estadio Azteca, tuvo minutos y anhelaba ser profesional. Desafortunadamente su vida dio un giro radical, por lo que las adicciones provocaron que terminara deambulando por las calles.
En el país celeste se hizo viral la historia de Sebastián Canobra, quien con la ayuda de un usuario de redes sociales se supo las peripecias que vive actualmente, aunque su deseo es el de reincorporarse a la sociedad, tener un empleo y vivir tranquilo, lejos de las adicciones.
“(Canobra) es un joven de 29 años, que anda deambulando en nuestra ciudad de Minas, está en situación de calle. Hablando con él, me contó su historia de vida, me pidió ayuda y dice querer tener un trabajo, un lugar donde vivir”, contó la usuaria que reveló su situación.