No hay mejor manera de iniciar un nuevo proceso que con victoria. Javier Aguirre, en su tercera etapa como técnico de la Selección Mexicana, ha debutado con triunfo (3-0) frente a Nueva Zelanda.
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Ganaron, golearon, pero no gustaron. Aún queda mucho camino por recorrer, pero el Vasco, al menos esta noche, se fue contento con la actitud de sus jugadores en el Rose Bowl de Pasadena, California.
“El mensaje es claro en el aspecto anímico, darle a la gente lo que pide, un equipo que luche y pelee, no bajar los brazos. Jugar al futbol hoy era complicado, el ritmo del partido, el poco entrenamiento, la humedad, era mucho pedir, lo que hayan venido no podían irse tristes a casa, más allá del resultado y el rival", declaró en conferencia de prensa.
Sin embargo, sí lanzó un contundente mensaje a sus jugadores de esta y futuras convocatorias con la Selección Mexicana. Nadie tiene su lugar seguro y la actitud es importante para el técnico nacional.
“Esa es mi labor, mirándolos a los ojos, interrogando, metiéndome, el que no responda, tendrá que irse, yo necesito a gente que vea que es una oportunidad grandísima de jugar una Copa del Mundo en tu casa, no hay mayor competición que un Mundial y qué mejor que en tu casa, necesito gente que esté limpia de cabeza y de abajo”, aseveró fuerte.
Para 2001 y 2009, Javier Aguirre tuvo que ponerse el traje de bombero y salir a apagar el fuego de las eliminatorias mundialistas. Lo consiguió bajó presión, pero esta vez no será el caso, México tiene su lugar seguro en la Copa del Mundo 2026.
“Esta es distinta a las otras dos, no había la necesidad de entrar ganando, en esta hay necesidad, pero no significa que no iremos al mundial, llego con más edad, más maduro. Esta es la que me coge en mejor momento, tenemos tiempo, la pasada fue con 12 o 13 meses, no llegando al Mundial de panzazo como decimos en México”, dijo Aguirre.