El cronómetro ya marcaba el minuto 65, cuando Arda Güler controló el balón en tres cuartos de campo rival, condujo, dos toques y un zurdazo maravilloso desde fuera del área, potente, a una escuadra, imparable para Giorgios Mamardashvili y Georgia, doblegados por (3-1).

La naturalidad con la que se mueve sobre el campo es increíble. El atrevimiento con el que juega es evidente. La convicción con la que dispara es absolutamente llamativa en un chico tan joven. Su golpeo es descomunal. Y sus números son cada vez más irrebatibles, cada vez que añade un partido más a su recorrido como profesional, en el que salta hacia la fama. Cinco goles en seis encuentros como titular entre el Real Madrid y Turquía en esta campaña.

A diferencia del conjunto blanco, también cuyo nivel es muy superior en la competencia que tiene el centrocampista ofensivo, la apuesta de Vincenzo Montella por Arda Güler es firme. Lo celebró con euforia, pero con mucho menos asombro que cualquiera de los aficionados que acudieron al estadio Signal Iduna Park de Dortmund, porque lo conoce y lo dirige.

Lanzado de rodillas en la celebración, a sus 19 años, tras una temporada de recorrido con el Real Madrid tan corta como productiva, con apenas seis encuentros y dos titularidades con su selección hasta la convocatoria para Alemania 2024, salió desde el principio en toda una Eurocopa, seguro como está su técnico de la diferencia que puede marcar su sola presencia sobre el terreno, mientras se traza el cambio generacional que expresa cada golpeo a balón parado: él y Hakan Calhanoglu, juntos, en cada lanzamiento. También abrazados en el gol.

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Arda Güler durante el duelo entre Turquía y Georgia de la Eurocopa 2024 - Foto: EFE
Arda Güler durante el duelo entre Turquía y Georgia de la Eurocopa 2024 - Foto: EFE

Toda esa destreza se basa en ellos dos. El fútbol, el desborde, la creatividad, también, dentro de las líneas que maneja la selección turca, que surgió potente en el encuentro. Su ofensiva fue voraz desde el primer instante. No esperó ni un segundo. Güler centró las dos primeras oportunidades. Y Aykhan estrelló un trallazo en el poste, con la mirada aliviada de Mamardashvili como reacción ante un tiro que era imparable.

Todo en diez minutos, con una ebullición tremenda, lanzado hacia la victoria, pero también avisado. Georgia, quizá la selección más modesta de las 24 que compiten en Alemania, contestó de inmediato, por medio Mekvabishvili, en la trepidante transición que también se propone el bloque de Willy Sagnol, campeón como jugador, ahora al frente del debutante.

El gol era una cuestión de tiempo. De un detalle. Un partido animado, sin red para ninguno. Decididamente ofensiva Turquía, expresivamente expuesta por momentos también por la capacidad de contragolpe de Karavasthelia y sus compañeros, el equipo otomano abrió el marcador en el minuto 25. Fue un golazo de Mert Müldür, con una volea incontestable.

Minuto y medio después, Turquía marcó el segundo gol. Lo anotó Yildiz. Lo revisó el VAR. Fuera de juego. Había divisado entonces en el horizonte de forma más que visible Georgia, que se levantó de inmediato, sobrepasada la media hora para empatar el partido, con el 1-1 de Mikautadze, antes del golazo definitivo de Arda Güler, un líder para Turquía con 19 años.

Y una diferencia insalvable para la competitiva Georgia, a punto de empatar hasta el final, con un remate a un poste en el minuto 96, pero con el 3-1 en la última jugada, cuando Mamardashvili había subido a rematar dos córneres consecutivos.

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