Un testarazo de en el minuto 119, directo a los momentos de mayor gloria de la historia de la selección española, derribó el muro del anfitrión con épica, cuando todo estaba en su contra y asomaban los penaltis, tras ser igualada en el minuto 89 por el empuje alemán, después de cambiar su identidad por la resistencia antes de provocar el adiós al futbol de Toni Kroos.

Lee también

Una 'final anticipada' como se definió en Alemania, donde se sintió el respeto que vuelve a provocar España en los rivales. Por grandes que sean. La vara de medir no podía ser de mayor exigencia para un grupo joven -25 años de media- que compite derrochando confianza en sí mismos.

España se adueñó del balón para cerrar amenazando el primer acto y metiendo el miedo a presionar arriba al rival. Un disparo lejano de Yamal que fue decisivo en el arranque con dos lecturas perfectas. Filtrando primero un balón a Morata, de nuevo perdido en la batalla y falto de remate. En acción de 9, recibiendo de espaldas, girándose y perdonando con todo para marcar.

¿Cómo fue el primer tanto de los españoles?

No lo hizo de primeras Dani Olmo cuando un niño de 16 años se adueñó de un partido de hombres. La pidió, levantó la cabeza, atrajo rivales y la puso a la llegada de un cañón inalcanzable para Neuer. Minuto 52, 'pronto' para encerrarse, listo para aguantar el chaparrón de un anfitrión herido que no contemplaba una despedida en cuartos de su torneo.

Wirtz estaba desatado. Aparecía con peligro por cualquier zona del campo. Sintió debilidad en el costado de Cucurella y desde ahí puso el pase tenso a la llegada de un tanque al que había recurrido Nagelsmann. Füllkrug, incomodado por Nacho, se estrellaba con la madera. El agua llegaba al cuello y Unai no ayudaba. Impreciso en cada saque con las manos lo extendió con los pies para dejar en bandeja el empate a Havertz que perdonó con el balón picado cerca del larguero.

Alemania mandó el juego a los tiempos extra

A España le faltó oficio para saber cerrar el partido, expuesta sin balón, castigada en el momento más doloroso, en el minuto 89, cuando el enésimo salto perdido de Cucurella a un centro al área, lo ganó Kimmich y encontró la calidad de Wirtz para enganchar a bote pronto un disparo que besó la madera antes de premiar el esfuerzo en la red.

España debía buscar la proeza en la prórroga sin la identidad con la que enamoró en la Eurocopa. Sin sus extremos descarados, cuando De la Fuente había introducido contención con Mikel Merino, a Ferran y Oyarzabal como nuevas amenazas. Aunque el respiro alemán en el primer acto de la prórroga permitió volver a crecer a España. Cuando el infarto en la grada cambiaba de bando si el disparo acariciando la madera era con de Oyarzabal o de Wirtz.

El desgaste físico grandioso de Alemania para alcanzar el nivel que le exigió España le pasó factura. Y cualquier queja arbitral española se enterraba cuando el colegiado inglés no interpretó como penalti una mano despegada del cuerpo de 'Cucu' que cortó el disparo de un desaparecido Musiala.

Fue cuando resucitó Dani Olmo para poner un balón de oro, suave, al salto con potencia de Mikel Merino y un testarazo repleto de gloria. España le había devuelto la moneda a su rival. En el último minuto. Después de un paradón de Unai Simón a Füllkrug y un nuevo intento del gigantón alemán sin éxito. Era el final más doloroso de Kroos, leyenda eterna, ante su gente, cediendo ante una España sin techo.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Comentarios