El fútbol mundial presenta dos competiciones de clubes emblemáticas: la UEFA Champions League y la Copa Libertadores de la CONMEBOL. Aunque ambas otorgan importantes premios económicos, la diferencia entre las cantidades que reciben los campeones de cada torneo sigue siendo significativa, en gran parte debido a las disparidades en ingresos por derechos de televisión, patrocinadores y el poder económico del fútbol europeo.
El campeón de la UEFA Champions League 2024-25 puede llegar a ganar un mínimo de 86 millones de euros (aproximadamente 93 millones de dólares) solo por avanzar a través de todas las fases del torneo, sin contar los ingresos adicionales por el market pool y otros conceptos que suelen aumentar considerablemente las ganancias totales. Este desembolso total se enmarca en un fondo general de 2.467 millones de euros, distribuidos en varias fases del torneo, asegurando que los clubes participantes se beneficien de manera significativa.
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Por otro lado, la CONMEBOL ha elevado considerablemente los premios de la Copa Libertadores en los últimos años. Para la edición de 2024, el desembolso total del torneo será de aproximadamente 226 millones de dólares, de los cuales 35 millones están destinados al campeón. Este monto, aunque significativo y uno de los mayores en la historia del fútbol sudamericano, sigue siendo notablemente menor en comparación con lo que otorga la UEFA Champions League.
Notables diferencias económicas
La diferencia clave radica en los aproximadamente 58 millones de dólares adicionales que recibe el campeón de la Champions League en comparación con el de la Copa Libertadores. Esta disparidad subraya la ventaja económica del fútbol europeo, impulsada por los derechos de televisación globales, los acuerdos con patrocinadores de alto perfil y la mayor base de mercado de la UEFA.
Si bien la CONMEBOL ha logrado mejorar sustancialmente los premios de la Libertadores para atraer a los clubes sudamericanos, el fútbol europeo sigue siendo el dominador absoluto en términos financieros, reforzando la supremacía económica de la UEFA Champions League.
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Esta diferencia económica también refleja las distintas realidades de los mercados futbolísticos en Europa y América del Sur, donde los clubes europeos cuentan con recursos financieros más amplios para invertir en infraestructura, fichajes y salarios, elevando el nivel de competitividad y los premios que otorgan sus torneos.
