Lionel Messi es un símbolo del fútbol, un crack que trascendió fronteras a lo largo de los años a partir de su calidad deportiva y humana. Vaya a donde vaya despierta admiración y sus fanáticos sueñan con poder sacarse una foto con él.
Sin ir más lejos, en Brasil, con todo lo que implica la rivalidad futbolera con Argentina, se rindieron a sus pies en la antesala al encuentro entre ambos seleccionados en el Maracaná por la sexta fecha de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial de 2026.
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En el hotel Windsor Barra, la emoción se desbordó con la llegada del astro argentino. Con tan solo 9 años, un apasionado fanático del fútbol no pudo contener su entusiasmo ante la posibilidad de conocer a su ídolo máximo, con el cual comparte nombre debido al fanatismo de su padre por él.
Messi Freitas, vivió momentos de nerviosismo y expectación. Mientras aguardaba la oportunidad de encontrarse con el Messi original, el joven comenzó a realizar jueguitos con una pelota: “Juego de atacante como él. Vinimos para el partido, nunca vi jugar a Messi ¡Quiero mi foto con él!”.
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La magia del fútbol une generaciones y en este caso, el pequeño Messi llevó consigo la ilusión de un encuentro único en el hotel, cuando el reloj marcó las 22.15 y apareció Lionel Messi, que caminó 10 metros desde el bus hasta el ingreso agradeciendo a los casi 120 hinchas que se habían acercado para vivir ese instante. “Que de la mano, de Leo Messi, todos la vuelta vamos a dar”, cantaban todos prolijamente colocados detrás de las vallas.
Aunque la espera en el hotel no cumplió el sueño de Messi Freitas de sacarse una foto con el argentino, la pasión persiste y se llevó el trofeo de ver de cerca a Messi en el partido número 16 contra Brasil, el segundo en ese templo llamado Maracaná.