Los pilotos de la Fórmula 1 coinciden en que la carrera más esperada del calendario es el Gran Premio de México, sobre todo por los eventos previos en los que participan, ya que se la pasan bastante bien y conocen un poco de la cultura nacional.
Como ya es una costumbre, Checo Pérez suele ser el gran protagonista, debido a que está en casa. Y Max Verstappen no se queda atrás, ya que acompaña a su coequipero a todos lados en la Ciudad de México.
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Se ha vuelto ya una tradición que días antes de que comiencen las actividades en el Autódromo Hermanos Rodríguez, los pilotos de las diferentes escuderías atiendan eventos donde conviven con los aficionados y conocen más a fondo México.
Uno de los más esperados es la clásica cascarita que enfrenta al equipo de Checo Pérez contra el de su coequipero, en este caso Max Verstappen. Este año personalidades como Félix Fernández, Joaquín Beltrán, Jorge Campos, Moisés Muñoz, Arturo Elías Ayub fueron parte del partido.
No obstante, parece que Verstappen cada vez se siente más cómodo en sus visitas a México, ya que se le vio más acoplado y conviviendo con los invitados. Incluso, parece que ya hasta aprendió de Jorge Campos cómo alburear.
Luego de la cáscara, tuvieron una dinámica donde probaron su puntería. La actividad consistía en que Checo y Max apuntaran a un enorme blanco con un balón, el que más puntos sumara, sería el ganador.
Sin embargo, Verstappen no tuvo mucha suerte y el piloto tapatío resultó ganador. Fue entonces que la conductora del evento, Giselle Zarur, se acercó al neerlandés para preguntarle qué había pasado, recibiendo una respuesta que la dejó atónita, mientras que Checo Pérez no pudo esconder la carcajada.
“Max, algunas palabras para los fan o el ganador”, le cuestiona Zarur al tricampeón de la Fórmula 1, quien dio una tremenda respuesta: “Mis bolas no se pegaban”, cosa que sorprendió a Giselle y de inmediato Sergio Pérez comienza a reír y le comenta “escuchaste demasiado a Jorge Campos”.