No debe existir otro momento más frustrante en la vida de un piloto que competir en casa y quedar fuera en la primera vuelta; eso fue justamente lo que vivió este domingo Checo Pérez.
El piloto mexicano tuvo un brillante fin de semana con las Prácticas Libre e incluso la clasificación le permitió largar en una posición favorable (quinto), pero en cuestión de segundos todo el panorama pasó de colorido a gris.
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Pérez antes de tomar la primera curva encontró un buen espacio para pelear por la punta, pero al girar, tocó al Ferrari de Charles Leclerc y el RB19 del mexicano se elevó para luego caer con importantes daños, que a la postre obligaron al nacido en Guadalajara a abandonar la carrera en casa.
Al ingresar a pits, Checo fue captado por la cámara de la transmisión frustrado, golpeando con sus puños el volante del bólido, entendiendo que esta nueva oportunidad se le había escapado ya, y lo peor, muy temprano.
Después, tardó algunos minutos en bajar del auto, con la esperanza de que algo se pudiera recuperar, pero no fue así y la toma de la tv volvió a mostrar al mexicano, con un encuadre a su rostro, que no era más que de un piloto desconsolado y sí, a punto de las lágrimas.
Esta no ha sido la mejor temporada para Checo, quien arrancó con dos victorias, pero que después de Miami las cosas le han jugado en contra.
Ahora, Checo tiene Brasil, Las Vegas y Abu Dhabi para recuperar, pelear por volver a ganar y amarrar el segundo puesto en el campeonato, que Red Bull ansía por ser algo que nunca antes consiguieron.