Desde 1901, el Premio Nobel ha reconocido a hombres y mujeres cuyo trabajo ha sobresalido en todo el mundo en disciplinas como química, literatura, física y la paz.
Los mexicanos que se han llevado este galardón son Mario Molina, ganador del Nobel de Química en 1995; Octavio Paz, quien se llevó el Nobel de Literatura en 1990, y Alfonso García Robles, galardonado con el Nobel de la Paz en 1982.
Estos reconocimientos, que han sobrevivido por 120 años, los fundó Alfred Nobel, un sueco preocupado por la humanidad que dejó casi toda su fortuna para financiarlos. En De10.mx te contamos más sobre él y te enlistamos algunas de sus más célebres frases.
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¿Quién era Alfred Nobel?
Alfred Nobel nació en Estocolmo, Suecia, el 21 de octubre de 1833. Su familia era descendiente de Olof Rudbeck, un reconocido escritor y científico. Sus padres se llamaban Andriette Ahlsell e Immanuel Nobel, un magnate sueco que se hizo millonario gracias a la construcción de fábricas, máquinas y armamento para los rusos.
De niño, Alfred era tímido, pero muy inteligente. Logró dominar cinco idiomas: sueco, ruso, francés, inglés y alemán. Aunque estudió ingeniería y química, siempre se sintió atraído por las artes, especialmente por la poesía y el teatro.
Es considerado un inventor, emprendedor, científico y empresario, quien registró más de 350 patentes. Gracias a sus experimentos con la nitroglicerina, logró inventar la dinamita, un descubrimiento que hizo mucho daño en las guerras del futuro, pero que lo hicieron muy rico.
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A pesar de su aporte letal a la humanidad, Nobel se consideraba un hombre pacífico muy preocupado e interesado por temas sociales y sobre la paz mundial. Se dice que quería crear unos premios para agradecer a otros sus aportes al mundo como una manera de compensar el daño de la dinamita, pero él nunca se arrepintió de su invento, ni vio los estragos de la Primer Guerra Mundial.
Este hombre que nunca se casó, ni tuvo hijos, redactó su testamento en París el 27 de noviembre de 1895. En donde detalló que la mayoría de su fortuna debía dividirse en cinco partes para los premios de física, química, fisiología o medicina, literatura y paz. Estos reconocimientos serían para “aquellos que, durante el año anterior, habrán conferido el mayor beneficio a la humanidad”.
Alfred murió en San Remo, Italia, el 10 de diciembre de 1896. Tras su muerte, sus familiares trataron de modificar su última voluntad. Sus abogados tardaron cuatro años en lograr que se respetara su decisión. Y así, en 1901, cinco años después de su fallecimiento, se llevaron a cabo los primeros Premios Nobel.
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10 frases célebres de Alfred Nobel
1. “Un corazón no puede ser forzado a amar más de lo que un estómago puede ser forzado a digerir la comida por persuasión”.
2. “La satisfacción es la única riqueza real”.
3. “Construimos sobre la arena, y cuanto más envejecemos, más inestable se vuelve esta base”.
4. “El hombre veraz suele ser un mentiroso”.
5. “La justicia se encuentra solo en la imaginación”.
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6. “No es suficiente ser digno de respeto para ser respetado”.
7. “La preocupación es el peor veneno del estómago”.
8. “El respeto propio sin el respeto de los demás es como una joya que no resistirá la luz del día”.
9. “La esperanza es el velo de la naturaleza para ocultar la desnudez de la verdad”.
10. “Mentir es el mayor de todos los pecados”.
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VIDEO: Mario Molina, el Nobel de Química mexicano