Nadie quiere ser la hija de, la hermana de, la recomendada de, porque una vez que ese sobrenombre te persigue tienes que trabajar al doble para demostrar que puedes sobresalir por tus propios méritos.
Si bien es cierto que a muchos no les importa tener un gran apellido, para otros es una sombra que odian. Como el caso de Noah, la hermana menor de Miley Cyrus, quien tardó años en establecer su propia carrera y sentirse cómoda con el hecho de que era la hermanita de una cantante internacional.
Foto: AFP
Noah nació el 8 de enero del 2000 en Nashville, Tennessee, donde sus padres Tish Cyrus y el cantante de country Billy Ray Cyrus formaron una carrera. Al ser hija de miembros de la industria, debutó a los dos años en un programa de televisión, seguido de otras apariciones en Hannah Montana, show que comenzó su hermana en 2006 y que fue una pesadilla para ella.
“Toda mi vida me dijeron que llegaría a cero por lo que mi hermana había logrado por sí misma. Hizo que fuera muy difícil para mí crecer cuando me decían que ibas a vivir a su sombra. ¿Eres la hermana de Miley Cyrus? ¿Eres la hermana de Hannah Montana? Eso me hizo sentir que no tenía identidad cuando era niña”, reveló la intérprete en una entrevista.
Desde los siete años ella dijo sentirse perdida y atacada, ya que los medios de comunicación comenzaron a atacar su cuerpo y apariencia, provocándole problemas mentales.
“Hubo aspectos negativos de crecer como la hermana pequeña de Miley Cyrus, y no por Miley o Billy. Cuando era más joven, había muchas comparaciones y se decían muchas cosas sobre mí y mi apariencia que me destrozaron al convertirme en adulta. Eso destruyó mi visión de mí mismo. Eso no hubiera pasado si no hubiera sido una persona pública desde que nací. Esa no fue mi elección”, dijo Noah.
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Cuando llegó con esa carga a los 18 años, comenzó a abusar de las sustancias.
“Todos los que conocía estaban tomando tranquilizantes como una forma de fiesta. Mi novio en aquellos momentos fue la primera persona que me dio Xanax y se convirtió en una manera de crear un vínculo entre nosotros. Creo que quería encajar con él. Quería ser lo que él quería y lo que pensaba que era wow, lo que pensaba que hacía todo el mundo".
La joven de 22 años se dio cuenta que estaba en un agujero negro y era una adicta cuando comenzó a estar todo el día con sueño sin ser capaz de mantener sus ojos abiertos.
Aunque ahora ya está en un posición mejor, sus peores momentos podremos escucharlos en septiembre en las canciones de su álbum más “crudo y vulnerable” titulado The Hardest Part.
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