Por: Lic. Julio César Paredes Juárez

Selfies, las hallamos por todos lados. Parece que no existe una cuenta de red social donde no encontremos una de estas fotografías, cuya mayor distinción es que es un autorretrato. Una selfie es una fotografía que se toma el propio sujeto. Sin embargo, surgen preguntas como ¿para quién posa esta persona? ¿Posa para sí mismo? ¿Posa para los otros? ¿Qué hay detrás de una selfie?

Para hallar el significado de la selfie hay que tomar en cuenta los tiempos en los que vivimos. Estos son los tiempos de la información rápida y concreta, tratamos de recibir y enviar información de la manera más rápida y “práctica” posible. Se comenzó acortando el lenguaje escrito y aparecieron msjs (mensajes) “k c eskriben d sta forma”.

Solemos presentarnos haciendo un resumen de la información que tenemos de nosotros y elegimos aquellas características que creemos es conveniente proporcionar. La selfie parece cumplir con esta función social. El que se toma una selfie intenta mostrarse de tal forma que mande el mensaje concreto de “éste/a soy yo”.

Esta es una forma de transmitir un mensaje de forma rápida y concreta. El que posa en su selfie hace justamente eso: posar, muestra aquello que quiere que sea visto y oculta los hechos que le pueden parecer desagradables, hay que procurar mostrar la mejor cara.

Es en este acto de “mostrar lo mejor” donde podemos hallar el trasfondo psíquico que hay en este tipo de fotografías. Durante el desarrollo, antes de poder articular palabras, antes de poder describirnos, formamos una imagen corporal propia. Es en los niños de entre 6 y 12 meses que podemos observar el intenso placer que sienten al reconocer su reflejo en un espejo.

La selfie pareciera revivir este placer ancestral, el de vernos y reconocernos. La persona que se toma una selfie parece retornar a ese punto de su desarrollo, toma una foto tras otra hasta lograr el resultado deseado, hasta que se halla satisfecho con la imagen que ha obtenido de sí mismo y esa misma imagen se vuelve su carta de presentación ante los demás.

La necesidad de recurrir a la selfie puede surgir de carencias durante la etapa del desarrollo de la imagen. La falta de afecto y reconocimiento de parte de los padres deja huella en el niño, huella que vive en su presente como una herida que hay que sanar. La sanación provendrá de los otros y su reconocimiento, de frases como: “qué bien saliste en esta foto”, “qué guapa te ves”, “eres muy sexy” y demás halagos que la foto puede despertar en el espectador.

Como dato curioso podemos agregar un juego de palabras respecto al termino selfie. Self, hace referencia al “Yo”, fie es homófono a la palabra fee que significa cuota. Así la self/fee se pudiera entender como la cuota necesaria para ser reconocido.

Por: Lic. Julio César Paredes Juárez

Clínica de Asistencia de la Sociedad Psicoanalítica de México (SPM).

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