En el siglo XIX alguien pensó en hacer máquinas de ejercicio, pero no precisamente para ejercitarse, sino para rehabilitar a las personas que habían sufrido algún accidente.

Como cuando inicia algo, los dispositivos eran rudimentarios yextraños. Algunos de los pioneros fueron los médicos John Harvey Kellogg y Gustav Zander, este último un ortopedista sueco que creó a principios de 1800, el Instituto Zander en Reino Unido, donde implementó lo que se conoció como mecanoterapia, para lo cual construyó 27 aparatos de ejercicio.

Pero entonces le vieron un beneficio extra, la maquinaria podría funcionar para ejercitar a mujeres de clase alta que siempre estaban en casa, sin más que hacer.

Según lo señala John Harvey Kellogg, creador de los cereales, inventó una silla vibradora que tenía como fin mejorar el tránsito intestinal, reducir el dolor de cabeza y los problemas de espalda. ¿El resultado? Los usuarios creían que era una ¡TORTURA!

Por su parte, el colega creó el caballo “Zander”, la primera máquina de ejercicio exitosa; el aparato optimizó el tono muscular, movilidad y equilibrio en los usuarios. El artefacto, con forma de caballo fue bautizada como “Wondercycle Mecanic Exerciculator” y tuvo grande ventas en la población.

Estas son algunas de las máquinas que no distinguirías si eran para torturar o ejercitar.

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