La pandemia por coronavirus tomó por sorpresa al mundo y modificó nuestro día a día. El SARS-CoV-2 ha cobrado la vida de más de 450 mil personas y lo peor, es que le arrebata a los familiares de los deudos la oportunidad de despedirse de sus seres queridos.
El otro momento de la vida, las palabras “Zoom” y “funeral” juntas podrían parecer una locura, pero ante la imposibilidad de realizar reuniones, los funerales digitales ya son una realidad. Aquí en De10.mx te contamos…
En México, cuando alguien muere, casi siempre se le realiza un velorio y un novenario (rosarios durante nueve días), pero la pandemia aún tiene a millones de personas en confinamiento, así que todo esto se ha comenzado a realizar de manera online, porque aún en plena emergencia sanitaria, el duelo es parte de la cotidianidad.
Samantha Ressler, cofundadora del Colectivo We the Women, es una de las personas que se ha animado a compartir su experiencia en torno a los funerales por Zoom, y señaló que es algo que no le desearía ni a su peor enemigo.
Cuando falleció el tío de Ressler, la familia no pudo reunirse como lo haría normalmente para un funeral, sólo unos cuantos familiares muy cercanos se trasladaron a un inmueble en Nueva York, donde un rabino rezó por el difunto. Los miembros de la familia que no asistieron se conectaron virtualmente.
(Foto: Pexels)
Para Samantha, el aspecto virtual de la ceremonia le trajo un sentimiento de culpa, pues ver y escuchar las oraciones vía online le pareció de lo más impersonal. Ahí valoró aún más este tipo de rituales, aunque señala que hicieron lo que mejor pudieron dadas las circunstancias.
Los expertos señalan que para algunos es difícil concebir la idea de un funeral virtual, pero algo es mejor que nada. Lo único que recomiendan es tomar el funeral en su totalidad como un ritual. Hay que entender que no hay una manera correcta o incorrecta de hacer un funeral virtual, pero mientras se parezca más a uno presencial, será mejor.
¿Qué pasa con los cuerpos de las personas que mueren por coronavirus?
Especialistas señalan que despedirnos es esencial para cerrar ciclos, pues es una manera en que la mente le indica al corazón que debe comenzar el proceso de duelo y superación.
Cuando alguien muere, nuestro cerebro necesita registrar, racionalmente, que existe una muerte, para que el corazón pueda sentir ese dolor y vivir el duelo. Si una persona no se despide de un familiar, aún en circunstancias que le impidan tener un cuerpo al cual rezar, el duelo podría tornarse patológico.
En el duelo patológico, la persona experimenta sentimientos de culpa, e incluso podría negarse a aceptar que la persona ha fallecido, lo que podría afectar sus actividades cotidianas. Si no puedes despedirte ni siquiera de manera virtual, haz algo simbólico, como una despedida espiritual.
(Foto de Micael Widell en Pexels)
Con información de Business Insider y The New York Times.
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