Gui Yuba es una mujer de 36 años de edad, que se convirtió en una figura del atletismo en China, a pesar de que perdió una pierna cuando tenía 7 años de edad. Fue víctima de burlas y humillaciones, pero ahora es toda una sensación en el fisicoculturismo femenino.
Esta atleta nación en Nanning, en la región autónoma de Guangxi Zhuang, al sur de China. Creció al lado de su madre, pues su padre perdió la vida unos meses antes de que ella naciera.
Gui fue atropellada a los 7 años de edad cuando regresaba de la escuela y las lesiones en su pierna derecha fueron tan graves que tuvieron que amputársela. Aunque no tiene casi ningún recuerdo de ese trágico día, no olvida las burlas que sufrió a partir de entonces, pues indicó que fue víctima de insultos e incluso de violencia física.
En la escuela, sus compañeros de clase eran crueles con ella y a diario la molestaban. “Me llamaban inválida o 'gato con tres piernas'”, declaró a AFP. “La primera vez que me hicieron caer lloré, pero enseguida me acostumbré y me dije: 'puedes maltratarme como quieras, pero no pasará nada porque soy valiente'”.
Todo este sufrimiento le sirvió de impulso a Gui Yuba para superarse y volcar toda su energía al deporte.
Esta atleta de 36 años de edad logró clasificarse en el equipo chino para los Juegos Paralímpicos de Atenas 2004 y allí terminó en la séptima posición en su categoría de salto de longitud. También participó en las categorías de salto de altura y tiro con arco, además de que estuvo en el relevo de la llama olímpica en los Juegos Paralímpicos de Beijing, en el 2008.
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En el 2017, Gui Yuba dejó las competencias atléticas y decidió buscar trabajo, pero se encontró con nuevas discriminaciones en el terreno profesional, pues hubo compañías que le señalaron que ella no iba con la “imagen” de las empresas.
Fue así que, a casi 30 años del accidente que le cambió la vida, esta exatleta se reinventó y ahora es una fisicoculturista que asiste a los concursos y desfila en bikini apoyándose de una muleta.
Debutó en esta disciplina en diciembre de 2020 en la competencia de fisicoculturismo de la Federación Internacional de Halterofilia, celebrada en Pekín, donde sorpresivamente se quedó con el primer lugar.
Durante el concurso cautivó con su traje tradicional llamado “qipao” y luego se convirtió en tendencia al coronarse ante sus rivales sin discapacidad física. Ella señala que ha aprendido a vivir sin su pierna derecha, a tal punto que por momentos se olvida de que le hace falta una extremidad.
“Mucha gente piensa que el destino no fue cariñoso conmigo, pero yo no lo creo así. Estoy agradecida por el hecho de haber conocido estas dificultades porque gracias a ello crecí, y me hice más fuerte y lo que soy hoy en día”, puntualizó.
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