Esta semana el mundo del futbol se sacudió con un final feliz, luego del drama que comenzó en Rusia 2018. Se trata de la historia de Heung-Min Son, quien se libró del servicio militar que podría haber terminado con su carrera en la cancha.
Si no te enteraste de la tragedia, te hacemos un recuento. Heung-Min Son, de 26 años, juega para la selección de Corea del Sur y es uno de los mejores atacantes del Tottenham. En el Mundial pasado, anotó dos goles, pero aún así su equipo quedó fuera.
Esto no sólo fue un duro golpe para la selección surcoreana sino que también hubiera podido ser el final del sueño de Son. En su país de origen, todos los hombres deben realizar dos años de servicio militar obligatorio antes de los 28 años, requisito que Son aún no había cumplido.
El servicio militar es particularmente duro para los habitantes de este país y no sólo es una obligación legal, sino que conlleva una carga de honor. En caso de no cumplir con éste o tratar de evitar ser reclutado a través de trampas, hay una pena de cárcel.
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Sin embargo, hay una excepción para los atletas sobresalientes. En 2002, las autoridades de Corea del Sur perdonaron a los futbolistas que llegaron a semifinales en el Mundial. Son tenía la esperanza de lograr algo similar.
Cuando quedó fuera del torneo, el mundo entero de Son se derrumbó. Las imágenes del jugador llorando recorrieron el mundo y nos rompieron el corazón.
Quedaba una esperanza: arrasar en los Juegos Asiáticos. Hoy, la meta está cumplida.
Corea del Sur logró la victoria 2 a 1 sobre Japón y se llevó la medalla de oro a casa. No fue un partido fácil, ya que se llegó hasta tiempo extra, pero gracias a los goles de Seung-Woo Lee y Hee-Chan Hwang, su compañero salvó su carrera.
Ahora el Tottenham podrá sin problemas extender el contrato de Son por cinco años más. Eso sí, el jugador tendrá que cumplir con una versión reducida del servicio, que consiste en cuatro semanas de entrenamiento.