¡Qué me parta un rayo! Esta expresión es bastante común, pero en realidad pocos desearíamos ser golpeados por los 50,000 grados Fahrenheit de calor que alcanza el aire alrededor de este fenómeno natural. Quienes han pasado por esta situación y han vivido para contarlo, guardan un extraño recordatorio grabado en su piel.
Se trata de las figuras de Lichtenberg o “flores de rayos”, cicatrices en forma de raíz que quedan en la piel de las víctimas de una tormenta eléctrica. Esto ocurre debido a la ruptura de vasos capilares provocada por la descarga del rayo.
Hay casos más graves que otros en cuanto a las quemaduras. (Foto: geardiary y Reddit @/whampbeef)
Las figuras fueron descubiertas por el científico alemán Georg Christoph Lichtenberg en 1777. Se producen cuando un cuerpo no conductor recibe una carga eléctrica elevada. En realidad no sólo aparecen en el cuerpo humano sino que se les ha visto en campos de golf y otros sitios donde cayó un rayo.
Esta imagen prueba que la naturaleza es sorprendente... y peligrosa. (Foto: Twitter @garcia2481)
Aunque parecen muy impresionantes, las “flores” no duran para siempre y quedan en el olvido en cuestión de días. Desgraciadamente, no son la única consecuencia que deja ser alcanzado por este tipo de descargas naturales.
La víctimas de los rayos experimentan signos de trauma. También reciben quemaduras, ya que la electricidad calienta todos los objetos metálicos que se estén portando en el momento. La descarga puede provocar problemas de memoria, dolores de cabeza y perforar los tímpanos, además de dañar los nervios.
Esta paciente de 19 años llegó al hospital luego de ser alcanzada por un rayo. La descarga mató a su perro Gran Danés pero en ella no provocó daños mayores. (Foto: New England Journal of Medicine)
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Sorprendentemente, hasta el 90% de las personas alcanzadas por un rayo sobreviven. Esto se debe a que el agua de la lluvia, o hasta el sudor en la piel, proveen un camino para conducir la electricidad por fuera del cuerpo. En los casos donde si hay fallecimientos, se debe en mayor parte a una falla cardíaca producida por la corriente.
No te preocupes demasiado. Cada año, tienes tan sólo una posibilidad en 300,000 de convertirte en la próxima víctima del Dios del Trueno.
Los rayos pueden alcanzar una temperatura cinco veces mayor a la del Sol. (Foto: science geek girl)
Con información de All That Is Interesting, Bored Panda y El Tiempo