Lucía Zamora es la prueba de que volver a nacer es posible, absolutamente posible.
Ella estaba en uno de los edificios que se derrumbó durante el sismo del martes 19 de septiembre. Eran las 13:14 cuando un temblor de 7.1 grados arrasó con su lugar de trabajo.
De 36 años, delgada y dedicada a la consultoría de mercado, pasó casi 33 horas encerrada en un espacio de los escombros del edificio de Álvaro Obregón 286. Trabajaba en el tercer piso de los seis que tenía el sitio.
Desde el primer momento se supo que este lugar en la colonia Roma había sido uno de los más afectados, pues había terminado en ruinas desde los primeros segundos del sismo. Fuera de aquella montaña de fierros, estaban más de 40 familias preguntándose por sus seres queridos y la de Lucía no era la excepción.
Cuando el sismo comenzó, Lucía tomó su celular y caminó hacia las escaleras, pero antes de que pudiera llegar a ellas, el techo se desplomó, en segundos ya estaba cubierta.
Zamora intentó hacer llamadas o mandar mensajes, pero no tuvo señal, sabe que estuvo a más o menos 10 centímetros del techo, no sabe si estaba parada o acostada o inclinada, pero tenía las piernas estiradas, movilidad en los brazos y el tronco, pero a su alrededor todo era vidrio o concreto. Se quedó atrapada junto a Isaac, uno de sus compañeros de trabajo.
Álvaro Obregón 286
Lucía rezó y luego comenzó a checar si ella o Issac no estaban heridos, sólo tenían raspones. Entre ambos oraban, pedían auxilio, se daban fuerzas, eran momentos terribles, y cada vez que escuchaban los helicópteros comenzaban a vivir, pero los momentos de silencio les daban miedo.
Entre los escombros escuchan también a Paula, que había quedado atrapada en el cuarto piso, poco a poco escucharon cómo las maquinarias se acercaban y por fin pudo respirar de nuevo cuando una voz pregunto si estaban ahí.
Aún pasaron seis horas para que pudieran salir, los rescatistas les hacían bromas, les platicaban, y se hacían promesas.
Isaac, compañero de Lucy
Lucía salió la noche del miércoles 20 de septiembre,y llamó la atención por la fotografía que le tomaron, donde salió sonriendo, ella no sabía que estaba sonriendo, simplemente se sentía feliz.
Dentro de los escombros, se cree que aún hay gente con vida, hasta la tarde de este 25 de septiembre, se sigue buscando el mínimo rastro.
Con información de MVS y Noticieros Televisa