Julio César Chávez vive momentos complicados en su vida personal, ya que su hijo mayor, Julito, no ha podido dejar atrás su adicción a las pastillas para adelgazar, lo que además le ha acarreado problemas con la justicia y un distanciamiento con su familia.
Y pese a que la leyenda del boxeo mexicano ha tratado de tomarlo con calma y siempre se le ve con una sonrisa en el rostro, admitió que le está costando mucho trabajo, al grado de que ha considerado volver al camino de las drogas y el alcohol para olvidar sus problemas.
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Durante una charla que tuvo el César del Boxeo en el podcast Fuentes Fidedignas, señaló que por momentos las preocupaciones lo han rebasado y ha surgido la tentación de una vez más probar drogar y alcohol, aunque después recuerda su sobriedad de 14 años y toma fuerza para salir adelante.
“Sí, cómo no (las tentaciones están cerca). Ha sido muy difícil para mí. La adicción de Julio, mi hijo, me ha traído de cabeza y la cosa más fácil para mí es evadir todo lo que estoy sintiendo e irme a drogar y a tomar, pero gracias a Dios mis clínicas me han dado mucha fortaleza de no volver para atrás. ¡Dios mío, no!", comentó.