Song Ji-a conquistó al público desde el primer momento que apareció en el programa de citas Single's Inferno, en Netflix Corea del Sur. La joven era la favorita entre los concursantes hombres y rápidamente sus seguidores en Instagram y YouTube superaron los 3 millones.
Ji-a, de 20 años, era todo un sueño, vestía ropa de marcas de lujo, vivía en un exclusivo complejo y cenaba en los mejores restaurantes. Los chicos querían salir con ella y las mujeres tener lo que ella. Pero su popularidad cayó tan pronto como subió.
Con toda la atención, sus fanáticos se dieron a la tarea de buscar más sobre ella y descubrieron que era una influencer “falsa rica”. Song Ji-a tuvo que borrar todo su contenido en redes sociales, pedir una disculpa pública y esperar a que los surcoreanos la perdonen por “engañarlos”.
Foto: Instagram @dear.zia
Tras el éxito que tuvo en la serie del servicio de streaming, Song Ji-a se volvió el interés de muchos, quienes comenzaron a inspeccionarla con lupa. En esas investigaciones descubrieron que usaba ropa falsa de diseñador, tras comparar un tejido rosa de Chanel, pues el tono que vestía era diferente al original.
Después de ese error descubierto, comenzaron a salir más engaños en otras prendas y marcas de lujo. No le quedó de otra más que admitir que había usado imitaciones, pero sin saberlo, pues según ella, solo las había adquirido por “bonitas”.
Eso no fue suficiente para calmar la ola de críticas en su contra. Los internautas luego se fueron contra sus bienes y la acusaron de mentir sobre vivir en un apartamento de lujo.
Ante el “odio” online, los programas de televisión, sus amigos famosos y otros influencers editaron sus cameos y borraron las fotos que compartían. Una semana después de que el problema le explotara en la cara, ella misma se llamó “patética” y lanzó un video como disculpa.
“He decepcionado a muchas personas que creyeron en mí. Después de la controversia de los productos falsos, he estado mirando sus reprimendas y consejos. Reconozco y reflexiono sobre mis defectos todos los días. Asumiré toda la responsabilidad por mis errores”, posteó la influencer en YouTube.
En Occidente, la respuesta del pueblo surcoreano les pareció exagerada, pero la molestia refleja un problema social de clases que vimos en la cinta Parasite y en la serie Squid Game, donde la desigualdad está muy marcada. Actualmente, en Corea del Sur (y en muchos países del mundo) es muy difícil que un joven logre comprarse una casa con un salario promedio.
Además evidencia, una vez más, que no todo lo que se muerta en las redes sociales es real.
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