Últimamente se han convertido en tendencia las storytime en TikTok, que no son otra cosa que la narración de una anécdota o historia, pero cuando son contadas de forma interesante o divertida, destacan del resto.
Este es el caso de Lupita Villalobos, quien usó dicha plataforma para contar de una manera muy particular, cómo fue que se reencontró con el hombre que la asaltó hace 10 años.
El asalto ocurrió en Hermosillo, Sonora, cuando Lupita y sus amigos fueron al cerro de “La Campana” para hacer una tarea de la preparatoria. A la mitad de la subida al cerro, fueron interceptados por un grupo de sujetos que los comenzaron a amedrentar para quitarles sus pertenencias.
La joven narra que abrió su bolsa y sacó el dinero que llevaba a fin de dárselo a uno de los asaltantes, pero él le exigió toda la bolsa. Como ella se negó, el ladrón le exigió las pulseras que Lupita tenía puestas y ambos comenzaron a forcejear.
“¡Qué no me salen!”, gritaba la joven para que la dejara en paz.
Mientras todo ocurría, la joven pudo observar el cuerpo del asaltante, el cual no llevaba camiseta. Según narra, algo que le llamó la atención es que su piel estaba muy reseca.
“Mientras me asaltaba yo solo pensaba: Qué ceniza tu piel muchacho”, indicó.
Tras el asalto, Lupita estaba tan nerviosa que no podía bajar así que le pidió ayuda al ladrón para descender del cerro… ¡Y el accedió! La joven señala que cuando el hombre le dio la mano, ella notó una cicatriz de quemadura entre el dedo pulgar y el índice, un detalle que no olvidó.
Diez años después, cuando Lupita se encontraba en la caja de un supermercado pagando sus productos, observó la mano del cajero y notó una quemadura; al alzar su mirada y ver su rostro confirmó que se trataba del hombre que le había robados sus cosas.
En el video de TikTok narró que, para no quedarse con la duda, le preguntó: “¿De casualidad tú antes asaltabas en el cerro de La Campana?”
El joven mostró su sorpresa ante la pregunta, mientras ella le decía que lo reconoció gracias a su cicatriz. El chico le preguntó si la había asaltado alguna vez y ella respondió afirmativamente.
Tras recordar ese momento, Alejandro, el nombre del sujeto, le contó a Lupita que había estado en la cárcel, que tenía una hija y que ya llevaba tres años trabajando como cajero en el supermercado.
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