Hombre atacado por abejas, huye a un lago y ahí lo matan pirañas

Cuando llega el día de tu muerte, al parecer, no hay manera de que te salves por más que corras, pues como dice el dicho: “Cuando te toca, ni aunque te quites; cuando no te toca, ni aunque te pongas”. Tal como lo intentó un hombre brasileño, quien tras ser atacado por un enjambre de abejas saltó a un lago para protegerse, pero ahí fue atacado por pirañas hasta la muerte.

El hombre, de 30 años de edad, se encontraba pescando en un lago, dentro del municipio Brasilandia de Minas, el pasado 30 de octubre junto con dos amigos, los cuales lograron salir ilesos de los peces carnívoros. Las autoridades rescataron el cuerpo del fallecido hasta el domingo 31, a cuatro metros de distancia de tierra firme.

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Según los medios locales, los tres hombres estaban en el lago pescando cuando su bote chocó contra un tronco que flotaba y estaba habitado por abejas. Estas se “molestaron” y comenzaron a atacarlos.

En su intento de huir, ellos se aventaron al lago, pero solo dos lograron nadar hasta la orilla. El Cuerpo de Bomberos informó que la víctima tenía la cara y parte del cuerpo desfigurados. Aún investigan si murió ahogado o por el ataque mortal de las pirañas, ya que tenía la posición del “boxeador”, frecuente entre los fallecidos por ahogamiento.

Homem foge de abelhas, pula em lago e morre atacado por piranhas.

A vítima tinha 30 anos e pescava com dois amigos. O caso ocorreu na zona rural de Brasilândia de Minas.https://t.co/bvBRkpJxSl pic.twitter.com/6rjccQdiuP
— Correio Braziliense (@correio) November 1, 2021

De acuerdo a la Enciclopedia Británica, las pirañas viven en el Amazonas y ríos y lagos de América del Sur. Existen hasta 20 especies diferentes y miden entre 20 y 30 centímetros. Son animales con una mandíbula muy fuerte, por lo que sus dientes afilados pueden cortar la piel humana.

Se alimentan de otros peces, insectos y crustáceos. Pueden llegar a atacar hasta en grupos de 100, especialmente si su presa es grande o si el olor a sangre las atrae. La mayoría de las pirañas comen animales que ya han muerto y no que ellas asesinen.