Su nombre es Diego Garijo, es mexicano pero desde pequeño vive en California, Estados Unidos. Él une dos mundos que parecen opuestos, pues de día es luchador de Artes Marciales Mixtas (AMM) y de noche se transforma en drag queen.
Diego, de 42 años de edad, es originario del estado de Guanajuato, pero cuando aún era muy pequeño su madre se lo llevó con ella a “vivir el sueño americano”.
En San Diego, California, su infancia y adolescencia no fueron tranquilas; en la escuela sufría acoso y luego cumplió varias sentencias en prisión producto de una juventud agitada. Cuando Garijo quiso dejar atrás la delincuencia y las drogas, inició su camino como luchador profesional de MMA.
Este mexicano se refugió en las artes mixtas, el boxeo a puño limpio y el jiu-jitsu. Fue en 2006 que debutó en las MMA, donde se dio a conocer con el nombre de Dos Pistolas (Two Guns), pero solo pudo conseguir siete victorias, pues en 2012 sufrió un desprendimiento de retina que lo obligó a dejar la disciplina.
Sin embargo, este accidente no lo alejó de los deportes de contacto, pues en 2018 decidió practicar el boxeo a puño limpio.
“Cuando peleo, todos los problemas desaparecen; lo único que importa es ganar la pelea. Me encanta luchar, probablemente me arriesgaría a quedarme ciego para seguir luchando”, mencionó el peleador en entrevista para Vice.
Aunque podría parecer que los deportes de contacto y el mundo drag son polos opuestos, Lola Pistola, nombre con el que es conocido Diego en su otra profesión, demuestra que no es así.
El deportista contó que durante su crecimiento no estuvo expuesto a estereotipos masculinos tradicionales, pues solo fue criado por su madre, además de que tenía primos gays, por lo que no le causó problemas explorar su feminidad.
Diego comenzó a sentir atracción por el drag, luego de tomar un curso de inteligencia emocional, en el que le pidieron salir de su zona de confort.
“Me gusta hablar en frente de mucha gente y ser el centro de atención, pero cuando la palabra drag me cruzó la mente, dije: '¡Es eso!'. Me metí de lleno. Tuve clases de baile, me agujereé las orejas y me depilé con cera. Aprendí a caminar con tacones y alguien me ayudó con los vestidos”, contó el mexicano.
En el primer concurso amateur de drag queens en el que participó, quedó en segundo lugar, pero el ganador quiso compartir su premio con él, porque consideró que Diego estaba mejor producido.
Al señalar que a veces las personas se preguntan si es gay por vestirse como drag queen, Garijo señala que aún hay gente que “no entiende que la feminidad y la sexualidad son cosas completamente diferentes”.
También destaca que las artes marciales y el drag tienen muchas más cosas en común de lo que la mayoría cree:
“Las artes marciales nos muestran la belleza de los humanos que superan una gran resistencia. El drag consiste en superar la masculinidad tóxica. La gente trans de color en particular está entre las personas más oprimidas y tienen tasas de suicidio muy altas. Deberían ser apoyadas en vez de marginalizadas”, puntualizó.
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