Las finales de los Juegos Olímpicos siempre son emocionantes. Tras años de esfuerzo, lesiones, sacrificios y duros entrenamientos llega el momento de los deportistas de dar lo mejor de ellos en segundos, para poder subirse al podio por algunos minutos.
Durante el fin de semana, Tokio 2020 nos regaló una de las mejores postales de la historia y uno de los momentos más emotivos de unos Juegos Olímpicos, y es que dos atletas consiguieron la medalla de oro, tras una cardíaca final de salto de altura que duró dos horas. Por empate, Mutaz Essa Barshim de Qatar y Gianmarco Tamberi de Italia sonrieron frente a las cámaras con su brillante medalla dorada después de tener la más bella experiencia de su vida profesional.
Foto: AFP
Los deportistas pudieron elegir el desempate, pero cuando los jueces les informaron que ambos podían llevarse a casa el oro, se miraron, sonrieron, se dieron la mano, un abrazo, gritaron de felicidad y acordaron compartir el título.
Barshim, de 30 años, y Tamberi, de 29, lograron hacer saltos de 2.37 metros, sin intentos fallidos. Luego intentaron hacer uno de 2.39, pero ninguno pudo. A pesar de ser de diferentes países, son buenos amigos en la vida real desde hace 11 años.
"Es uno de mis mejores amigos, no solo en la pista, sino fuera de la pista. Trabajamos juntos. Este es un sueño hecho realidad. Es el verdadero espíritu, el espíritu deportista, y estamos aquí transmitiendo este mensaje", dijo Mutaz Essa.
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Esta doble medalla no se daba en atletismo desde 1912, cuando en Estocolmo el estadounidense Jim Thorpe ganó el oro en decatlón y pentatlón. Sin embargo, luego se las quitaron porque descubrieron que había cobrado por jugar béisbol años atrás.
En ese entonces, el Comité Olímpico Internacional (COI) consideró que había violado las leyes y quedó descalificado por ser un atleta profesional. Automáticamente, aquellos que habían ganado la plata en ambas disciplinas, subieron al primer lugar.
Tuvieron que pasar 70 años, hasta que el COI recapacitó y decidió regresarles las medallas de oro a Thorpe, pero no las pudo ver pues ya había muerto 29 años atrás.
Gianmarco Tamberi nació el 1 de junio de 1992. El atleta italiano, especialista en la prueba de salto de altura, no pudo asistir a los Juegos de Río 2016 por una lesión. Pero eso solo fue una motivación e incluso el deportista llegó a Tokio con un curioso amuleto: su escayola, grabada con el mensaje de “camino a Tokio 2020”. Además, el atleta sorprendió con sus calcetines, pues tenían su rostro grabado con una coleta, tal cual como compitió.
Foto: AFP
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