Ser seleccionado para representar a tu país en unos Juegos Olímpicos es un orgullo que no muchos atletas logran. Son años de esfuerzo y duros entrenamientos para poder ser un deportista de alto rendimiento, pero detrás de cada uno, existe una historia diferente.
No todos los competidores tienen un entrenador de renombre, una gran casa, viven del deporte, ni su más grande sueño es ganar una medalla de oro. Tal como lo demostró Julius Ssekitoleko, un pesista de Uganda, quien abandonó los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 para buscar trabajo en Japón.
El halterófilo ugandés Julius Ssekitoleko huyó de los Juegos para buscar trabajo en Japón, debido a las desfavorables condiciones laborales de su país. El deportista debía presentarse a una prueba rutinaria de Covid-19, pero jamás llegó.
Con preocupación, las autoridades japonesas comenzaron su búsqueda y lo encontraron 15 días después a más de 170 km de donde escapó. El joven de 20 años volvió a su hogar y los primeros informes decían que iba a recibir ayuda psicológica, pero esta semana se dio a conocer que estaba retenido por la polícia en Uganda.
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La familia de Julius Ssekitoleko dio a conocer que este se encontraba detenido sin motivo alguno. Además su representante legal, Anthony Wameli, informó que no había cargos presentados en su contra que fueran viables para tenerlo retenido.
“Es desgarrador ver a mi hijo compartir una celda con criminales cuando es inocente”, exclamó Juliet Nalwadda, madre del joven.
Según Wameli, este tipo de casos son comunes en el país africano. Solo que Julius tiene la suerte de que su situación sea una noticia mundial, pues en redes sociales se inició una campaña para exigir su liberación.
Ante la presión, Charles Twine, un vocero del departamento de investigaciones, dijo que el atleta había sido detenido por “fraude”, pues se desconocía cómo logró ir a Tokio 2020. Según las autoridades, fueron informados de que Ssekitoleko nunca clasificó para la competencia.
Esta declaración se contradice a lo que mencionó a mediados de julio, Salim Musoke, presidente de la Federación Ugandesa de Halterofilia, quien recalcó que Julius Ssekitoleko entrenó “muy duro” para lograr ir a los Juegos.
Ahora la pesadilla acabó por el momento y el atleta fue liberado. El ugandés agradeció en su cuenta de Instagram a Dios, a su familia, a sus abogados y a todos aquellos que desde cualquier parte del mundo lo apoyaron.
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