Como parte del ritual de fertilidad ante la temporada de lluvias, Víctor Hugo Sosa García, presidente municipal de la población chontal de San Pedro Huamelula, contrajo nupcias con la “princesa lagarto” llamada Alicia Rubía, representante de la etnia ikoots.
El animal, también llamado “niña princesa”, es la representación de San Mateo del Mar, hija del reino ikoots, quien año con año es ofrecida al comandante de la comunidad en matrimonio. El lagarto hembra es vestido como novia y su cabeza es adornada con flores.
Como en toda boda, Víctor Hugo besó a su princesa al final de la ceremonia para sellar la unión. Luego, tuvieron su primer baile en la explanada municipal para culminar el ritual de fertilidad.
“Pedimos a la naturaleza que llueva lo suficiente, que haya comida, que tengamos peces en el río», dijo el presidente municipal Sosa García durante la ceremonia.
Foto: Facebook Victor Hugo Sosa Garcia
Antes de la celebración, que es parte de un ritual realizado durante las fiestas patronales del pueblo ofrecidas a San Pedro Apóstol, la reptil es bautizada por los ancianos para quitarle de su alma cualquier bestialidad, aunque aún así es presentada con el hocico amarrado por una cinta.
Tras el sacramento, la “princesa lagarto” recorre las calles de la localidad en brazos del capitán de la comparsa de mareños, mientras los habitantes salen a saludarla, bailan con ella y la banda toca música en su honor.
Foto: Facebook Victor Hugo Sosa Garcia
Además de la fiesta, el principal deseo de los ciudadanos hacía Alicia Rubía son abundantes lluvias, buena cosecha y buena vida. Aunque esto pudiera parecer un poco loco, la boda es una relación simbólica entre el hombre, la naturaleza y lo divino.
Además de este pacto con la madre Tierra y todo lo que nos ofrece, el rito también es para conmemorar la hermandad que existía entre las etnias ikoots y chontal.