Por: Psic. Monserrat López

Dice una famosa frase de Mauricio Garcés: "Debe ser terrible tenerme y después perderme". Lo que esta frase del megalómano galán mexicano nos demuestra es un exceso de seguridad en sí mismo que llega, a propósito, a lo cómico.

El autoconcepto es la forma en que nos percibimos a nosotros mismos, independientemente de la opinión de los demás, aunque sí puede llegar a influir el “exterior” en el “interior”. Una parte de nuestro autoconcepto es la ; como el nombre lo dice, es el agrado que sentimos hacia nuestra propia persona.

Existen personas que parece que carecen de autoestima; en realidad, todos la tenemos sólo que, a veces, es alta o baja. Incluso en un mismo día puede llegar a variar. Por ejemplo, cuando despiertas por la mañana y te miras al espejo despeinado, puede que sientas que tienes poco atractivo. Sin embargo, una vez que te bañas, te vistes, te maquillas y te arreglas, te miras al espejo de nuevo y tu autoestima puede elevarse.

La autoestima no necesariamente está regulada sólo por la imagen; a veces que nos digan que hicimos una excelente tarea o feliciten en el trabajo puede elevarla o, incluso, gustarle a alguien. Y al contrario, una crítica, desprecio o regaño puede disminuirla.

¿De qué depende tener una alta o baja autoestima?
¿De qué depende tener una alta o baja autoestima?

Foto: iStock

Sin embargo, no todas las personas son susceptibles a los cumplidos o críticas. Existe gente indiferente a los halagos o críticas externas. La mayoría de las veces personas muy seguras de sí mismas no sienten necesidad de agradar o definirse por la opinión de los demás. Se ha visto que este tipo de personas alcanzan niveles de éxito porque no se limitan a la opinión pública ni a estereotipos sociales.

Aun así, la autoestima elevada puede llegar a ser peligrosa algunas veces. Creer que podemos lograr más de lo que en realidad somos capaces o que los demás son prescindibles y todo lo podemos hacer solos, puede llevarnos a serios problemas. También necesitamos un juicio de realidad para saber qué sí está a nuestro alcance. Ningún padre permitiría que su hijo disfrazado de Superman saltara de un edificio para no afectar su autoestima, todo tiene un límite.

Lo mejor que se puede hacer para crear un fuerte y buen nivel de autoestima (ni demasiado alto ni demasiado bajo) es por medio de un apego seguro, desde que somos pequeños. Los padres suelen ser los que hacen el rol de espejo con sus hijos. Los felicitan cuando sacan buenas calificaciones, celebran cuando dan su primer paso o premian cuando ya comienzan a hablar. Según diversas teorías de aprendizaje, el aplauso funciona mejor que el castigo para condicionar una conducta. También es importante enseñar la empatía y que no se puede ser el mejor en todo, o, de lo contrario, se fomentara el narcisismo.

Las personas con trastornos depresivos tienden a tener una baja autoestima llena de autorreproches y agresión hacia sí mismos. Los maníaco depresivos por otro lado, pasan de un momento de euforia y magalomanía a una profunda tristeza; de hecho, son los más propensos a intentos suicidas cuando cambian de un estado anímico a otro.

¿De qué depende tener una alta o baja autoestima?
¿De qué depende tener una alta o baja autoestima?

Según teorías como el psicoanálisis, por medio de la terapia es posible transformar esta opinión de uno mismo, ya sea para ser más adaptable si eres de esas personas que dice "así soy yo y no me importan los demás" o alguien con mayor fortaleza que no se sienta tan herido cuando las cosas no salen como deseaba.

La importancia de tu autoestima recae en el grado y estado que pases la mayor parte del tiempo. No es lo mismo tener un día malo que pasar años sumido en una profunda depresión. Buscar ayuda de un psicoterapeuta siempre será buena idea.

Por: Psic. Monserrat López

Te dejamos estos 10 hábitos que tienen las parejas felices: 

Google News

TEMAS RELACIONADOS