Michael Phelps llegó a los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 con seis medallas de oro y dos de bronce en los juegos de Atenas. Todos se preguntaban si podría vencer el récord de Mark Spitz, quien se colgó siete preseas doradas en Múnich 1972.

El reto no era menor. La cantidad de competencias y el corto periodo en el que se realizarían, hacían que el desafío pareciera imposible. Por si fuera poco Phelps nadaría brazada a brazada contra otros de los mejores deportistas de su generación, como el húngaro Laszlo Cseh y el estadounidense Ryan Lochte.

El primer oro cayó el 10 de agosto. En los 400 metros combinados individual, Michael adelantó por casi tres segundos a sus rivales. En la tribuna, lo habían observado todo el entonces presidente George Bush, su esposa y George Bush padre.

Con un tiempo de 4:03:84 minutos, Phelps había dado el primer paso hacia la historia.

Al día siguiente, Phelps se las vio negras. Era la final del relevo libre 4x100 y todo indicaba que sería el equipo francés quien se llevaría la gloria a casa. En el último relevo, el estadounidense Jason Lezak metió el acelerador a fondo y logró sobrepasar a Alain Bernard en los últimos 100 metros.

Michael celebró con un grito a todo pulmón y se volvió a llenar de esperanza. Las siguientes medallas cayeron con facilidad. Phelps conquistó los 200 metros libres, los 200 mariposa, el relevo 4x200 metros libres y los 200 combinados.

Pero aún se presentaría otro obstáculo para la estrella de la alberca. En la final de 100 metros de mariposa, la séptima medalla se le complicó a Phelps. Milorad Cavic estuvo a punto de quitarle la gloria y el estadounidense sólo se libró por una centésima de segundo.

El resultado fue tan cerrado que Phelps pensó que había perdido hasta que el número 1 apareció junto a su nombre en las pantallas gigantes de la alberca.

Incluso el equipo olímpico de Serbia presentó una reclamación oficial para que se revisara el veredicto sobre el ganador. Un análisis electrónico comprobó que Phelps tocó primero la pared final. Los jueces tuvieron que poner en cámara lenta la repetición al ritmo de un cuadro cada 10 centésimas de segundo, ya que en la cámara lenta normal parecía un empate.

Cavic finalmente se resignó al resultado. "La gente lo planteará durante años y dirá: tú ganaste esa carrera. Si pudiéramos hacer esto de nuevo, lo ganaría”, dijo a la prensa.

Phelps lo había logrado. Ya había empatado con Mark Spitz, quien dijo estar contento por Michael.

“Estoy feliz de que alguien haya sido inspirado por lo que hice (…) Siento que me quitaron una gran carga en mi espalda”, declaró Mark.

Pero no era suficiente… y el Tiburón de Baltimore aún tenía sed de éxito.

Faltaba sólo una carrera para que Phelps rompiera todos los moldes. El relevo combinado 4x100 se llevó a cabo ante 17 mil personas, mientras que miles de millones más siguieron la transmisión en sus televisores.

El 17 de agosto, a las 11:45 de la mañana, hora local en Pekín, Aaron Peirson, el primer nadador del equipo estadounidense, entró al agua para nadar la sección de dorso. Lo siguió Brendan Hansen en el estilo de pecho. Phelps fue el tercero en dar su vuelta y realizó los 100 metros de mariposa más rápidos que se habían visto en el torneo olímpico.

El sello final lo estampó Jason Lezak con el último relevo y el equipo de Estados Unidos acabó por encima de sus colegas australianos por sólo medio segundo. remató en libre para que su equipo superara por medio segundo a Australia.

Luego de la prueba final, lo primero que hizo Phelps fue abrazar a su madre Deborah y a sus hemanas, Whitney y Hilary.

Parece que todo esto fue una larga odisea, pero en realidad las carreras que llevaron a Michale Phelps a situarse en el cuadro de honor olímpico se llevaron a cabo en tan sólo una semana.

La racha ganadora de Phelps no paro ahí y hasta este año, tenía 23 medallas olímpicas en su trayectoria. Sin embargo, esta cifra podría aumentar. Aunque Michael ha dicho una y otra vez que no volverá a la natación competitiva ni aparecerá en Tokio 2020, también declaró que si lo deseará, podría estar en forma a tiempo para los Juegos Olímpicos.

La última carrera famosa de Phelps acabó en derrota en 2017, cuando Discovery Channel lo invitó para una competencia simulada contra un tiburón blanco, como parte de la “Semana del Tiburón”. Michael perdió y está vez, no quiere la revancha.

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