Ian Kevin Curtis nació en Stretford, una localidad de Manchester en Inglaterra en el año de 1956. Desde muy pequeño mostró aptitudes para la poesía, era admirador de Franz Kakfa, William Borrough y Jean Paul Sartre; admiraba a David Bowie, a Lou Reed y su camino se fue inclinando a la música. Estudió en The King´s School, pero nunca fue el más brillante de la clase debido a su inconformismo, que sus maestros solían considerar como simple rebeldía.

Para la adolescencia, Curtis descubrió que podía ser parte del movimiento punk, a medida que se hizo mayor, sus ambiciones y esperanzas se centraron en la literatura.

En 1976, Curtis acudió a la presentación de los Sex Pistols que tocaban en el Manchester Lesser Free Trader Hall y ahí se encontró con dos jóvenes, el que sería el bajista Peter Hook, la guitarra de Bernard Sumner, la batería de Stephen Morris, y así se fundó la primera agrupación Warsaw, que posteriormente fue rebautizado como Joy Division, un nombre que hace referencia a las mujeres judías que fueron usadas como esclavas sexuales en los campos de concentración nazi.

Comenzaron a presentarse en diferentes bares hasta que lanzaron su primer EP, “An ideal for living”, y aunque no tenían el sonido que más tarde los haría únicos, su música se hacía inconfundible. La letras eran de la autoría de Ian, quien no mostraba problema alguno para escribir, pues así era como intentaba encontrarse con sí mismo. Joy Division firmó con Factory, fundado por Tony Wilson, quien les prometió que tendrían libertad creativa.

Así llegó “Unknow Pleasures”, producido por el legendario y reputado productor inglés Martin Hannet, tuvieron excelentes críticas y las ofertas de grandes disqueras, pero ellos eligieron quedarse con Factory.

Después de presentarse en programa Something Else de la BBC, los bailes de Ian se hicieron famosos, y así comenzó una gira por Europa, que dio para grabar su segundo material en 1980 “Closer”, en el que grabaron Love will tear us apart, que ya se podía escuchar en los conciertos, pero no había sido grabada. La fama iba creciendo cada vez más,

En 1975, antes del éxito, Ian Curtis se casó con Deborah Woodruffe, con quien tuvo a su única hija, Natalie Curtis, cuatro años más tarde, pero una relación extramarital estaba a punto de cambiarlo todo. Ian se encontró con Annik Honoré en 1979, durante una actuación de la banda en Londres. Unos días después, Honoré entrevistó al grupo para un fanzine y desde ese momento iniciaron una relación que se mantuvo hasta la muerte de él.

Deborah sabía de la relación y en el libro biográfico que publicó años más tarde, se supo que la influencia de Annik fue decisiva en la muerte del cantante.

La vida de Curtis estaba en un punto crítico, tenía epilepsia, pero los médicos no encontraban alguna razón física para que la tuviera, pero el medicamento no hacía efecto. Los conciertos y el estrés de estos causaba que sufriera duras crisis de ansiedad y depresión, su mundo estaba incontrolable. Había iniciado el trámite de divorcio para poder unirse a Annik, y a la par, se hacía adicto a los calmantes y la cocaína.

La noche del 17 de mayo de 1980, Ian habló con Annik, ella quería saber si finalmente él dejaría a su esposa, estaba en Bruselas y llegaría a Londres al día siguiente. Ian le dijo que había iniciado los trámites, pero a la mujer no le quedaba claro de qué hablaba Ian, pues le había dicho que le dejaría todo a Debbie, la casa, el coche, el salario, pero no parecía que se estuviera refiriendo al divorcio.

Un día después, Ian saldría de gira a Estados Unidos y quedó de reunirse con Annika aquella tarde, habló son su esposa Deborah, de quien ya estaba separado, para que la dejara ver a su hija, pero ella se negó. A las 10 de la noche se pierde el rastro de lo que hizo Curtis, al parecer vio una película que pasaban en la TV, Stroszek, que habla de un joven músico que se suicida.

Pasada la madrugada, Curtis puso en su tocadiscos The idiot de Iggy Pop y se ahorcó en el tendedero que tenía en su cocina.

Al día siguiente, Debbie llegó a la casa y descubrió el cuerpo, era la mañana del 18 de mayo de 1980 y solo atinó a gritarle al cuerpo “¿Qué has hecho hijo de puta?”.

El viernes 23 de mayo, Ian Curtis fue incinerado y la piedra que se eligió para su epitafio tenía escrito “Love will tear us apart”, la obra maestra de Joy Division.

Para 1988, tras el lanzamiento de Substance, una de las obras póstumas, Ian se convirtió en un objeto de culto, al igual que la banda, los detalles de su vida, sus fallidos amores y un suicidio que se veía venir lo hicieron ser adoptado como aquel músico incomprendido.

Con información dey

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