Son varias las civilizaciones que se cuelgan la etiqueta de “inventores del fútbol”. De hecho, el “ts'uh kúh”, que consiste en lanzar un balón de cuero relleno de plumas y pelo hacia una red, es considerada por algunos como la primera señal de este deporte en China, hace más de 2 mil años. Esto formaba parte de un adiestramiento militar, en el que el equipo perdedor era flagelado en público.

Pero ahora nos enteramos que este deporte fue creado, nada más y nada menos que para “salvar” a los hombres del vicio de la masturbación.

Resulta que en la segunda mitad del siglo XX, entre las normas de la Uppingham School, en el Reino Unido, se contemplaba la expulsión de todo alumno que fuera descubierto autoexplorándose, ya que en esa época, el onanismo era visto como algo perverso que afectaba el desarrollo humano y que podría llevar a los hombres a la homosexualidad.

Esto era sumamente difícil, porque a esa edad los jóvenes andan con las hormonas a todo lo que da. Por esto, las autoridades escolares propusieron la práctica de este deporte para distraerlos y alejarlos del autoplacer.

Quienes impulsaron esto fueron los hermanos Thring. El reverendo Edward era el director del Uppingham School, y John Charles fue una pieza fundamental en el desarrollo de las normas del fútbol. Junto a Henry de Winton, John publicó en 1848 (antes de que su hermano fuera directivo escolar) las Reglas de Cambridge, el primer conjunto de normas adoptado en la mayoría de las universidades inglesas.

El futbol, la cura contra la masturbación
El futbol, la cura contra la masturbación

Edward Thring (Foto: Wikipedia Commons)

Según señala David Winner en su libro Those Feet: A Sensual History of English Football, así fue como el reverendo, con ayuda de su hermano, impuso el fútbol en la Uppingham School y colaboró a la expansión de esta práctica.

Con esto entendemos que en la época victoriana había dos elementos clave para mantener la hombría: el deporte y la represión sexual. Así, el fútbol “ayudaba” a los jóvenes a olvidarse de las hormonas que los incitaban a cometer el tan pecaminoso acto de la masturbación. Sin embargo, hoy por hoy, el balompié se ha convertido en una de las prácticas más vistas en todo el planeta.

¿Realmente crees que funcione como “distractor” para las hormonas?

Con información de y

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