Por: Psic. Cecilia Castilla

Una de las problemáticas más recurrentes en las relaciones se suscita cuando se presentan los celos en pareja, debido a la desconfianza que, por ende, afecta la estabilidad emocional en la dinámica, ya que el sentirse expuesto ante una posible infidelidad genera diversas reacciones afectivas como lo son el miedo, el enojo, la envidia, la tristeza y la frustración.

De ahí que sea importante comprender, en principio, de dónde provienen los pensamientos que llevan a sentir “celos”; partamos por la primera y más frecuente fuente de tal desconfianza, que es el temor a perder el amor de la persona amada, lo cual si se profundiza en mayor medida, notaremos que es directamente proporcional a la estima y confianza que se tiene en sí mismo. Es decir, que si se cuenta con una autoestima baja, existirá una mayor tendencia a dudar en que la pareja se encuentre satisfecha con lo que ofrece la relación, de ahí que, por ende, se sospeche con facilidad que ante cualquier encuentro con un tercero (ya sean amigos, compañeros, etc.) la pareja opte por terminar el vínculo, dejando en quien experimenta el conflicto, el temor a ser rechazado y abandonado.

Aunado a lo anterior, y con el objetivo de seguir comprendiendo el origen de los celos, así como el temor al abandono y rechazo, se considera óptimo el ejercicio de indagar en las experiencias y en los primeros vínculos que se formaron desde la niñez, que en el caso de los celos sin fundamento, pudieran estar relacionados con las carencias emocionales que se experimentaron por parte de las personas más importantes en la infancia, como lo son los padres, hermanos, tíos o toda persona cercana durante los primeros años de vida.

Esto es debido a que con ellos se construyeron las primeras relaciones significativas, las cuales inconscientemente dejaron una huella o marca psíquica que suele influir en el tipo de relaciones o dinámicas familiares que se eligen y construyen, y que en el caso de haber sido insatisfactorias, se buscan repetir con una nueva relación para poder complementar aquello que no se obtuvo. De ahí que este tipo de celos surjan ante la necesidad de pertenencia, la intolerancia a sentir que se pierden los afectos y también de la necesidad inherente a ser reconocidos y valorados por otros.

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Otro de los desencadenantes que también corresponde a los pensamientos de la persona que cela, ocurre cuando ésta “refleja o coloca de manera inconsciente” sus deseos de ser infiel en su pareja, de ahí que la frase “el león cree que todos son de su condición” exista para ejemplificar este tipo de situaciones en las que se acusa al otro por “pensar y actuar” lo que la persona realmente quiere, pero no tolera de manera consciente.

Por otro lado, cabe mencionar que también el sentir celos por la pareja, ha sido un comportamiento socialmente aprendido en el que se tiene la creencia de que “la ausencia de los mismos en la relación, representará desinterés y desamor”; lo cual suele utilizarse en un primer momento para “justificar” dicho comportamiento; pero que, como todas las anteriores situaciones que generan la desconfianza y los celos, terminará por dañar no sólo la estabilidad emocional de la pareja, sino que mermará la capacidad de amar de quien suele sentir celos, afectando la fortaleza en sus vínculos y en su bienestar emocional.

A manera de conclusión, se considera que lo esencial para evitar que surja la desconfianza generada por la tendencia a inferir situaciones de infidelidad y por la malinterpretación del comportamiento de la pareja, será necesario identificar primero la situación que genera los celos, en la que se debe aprender a discriminar si el origen de los mismos se suscita por una causa real o por un conflicto emocional de quien cela; razón por la que será necesario mantener una comunicación óptima con la pareja, que permita, a su vez, la tolerancia ante las dudas y la suspicacia que se llegaran a presentar a lo largo de la relación; del mismo modo que será requisito el autoconocimiento. Y en caso de ser necesario, el apoyo de una intervención psicoterapéutica que contribuya en el proceso de adaptación y entendimiento.

Psic. Cecilia Castilla

Clínica de Asistencia de la Sociedad Psicoanalítica de México (SPM).

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