Por: Valeria Schapira, experta en relaciones para

Comenzó un nuevo año y, con él, un listado de propósitos de cambio y superación. Seguramente, entre ellos, el de hacer dieta, si no para bajar esos kilos de más que hemos ganado en las fiestas, para desintoxicar el organismo. En 2018 te propongo otro tipo de dieta, que quizás requiera más voluntad que la antes descripta: la digital.

¿Eres de los que se levantan de la cama y, antes de lavarse los dientes, checas las redes sociales? ¿Mantener una conversación cara a cara sin mirar de reojo las notificaciones del móvil te suena a utopía? ¿Tu atención siempre está fragmentada, al punto que sientes que tu cabeza está por estallar? Puede que te esté ocurriendo alguna – o varias – de estas cosas:

Tienes terror a quedarte fuera de algo

Puede que sufras lo que en inglés se denomina FOMO (fear of missing out = miedo a quedarse afuera) Cada vez que elegimos, dejamos de hacer algo, de ver a alguien, etc. Sin embargo, existen estudios recientes que asocian este miedo irracional a la sensación de desconexión. Mantén la calma: si tienes que enterarte de algo relevante, lo harás en tiempo y forma. No es necesario que apenas entres a una cafetería, pidas la clave de WIFI. Aprende a manejar tu ansiedad.

Chequeas de manera compulsiva tus redes sociales

Esta conducta no solo impide tu concentración, sino que es probable que incurras en el llamado Phubbing (del inglés 'phone' (teléfono) y 'snubbing' (ignorancia, rechazo): término que alude a ignorar a la persona con la que estamos interactuando por priorizar el teléfono. ¿Eres adicto al Smartphone? Descarga alguna de las apps que analizan tu interacción con el teléfono: no podrás creer el tiempo que pasas en las redes. Con esa información, estarás en condiciones de decidir cómo quieres administrar tu tiempo… y tu vida.

Crees que todos son más felices que tú

Comienza ya mismo la dieta. Existen estudios científicos que demuestran que quienes viven pendientes de las redes sociales, experimentan insatisfacción con su propia vida, producto de creer que “el pasto siempre es más verde en el jardín del vecino”. Cultiva tu propio jardín. Focaliza en lo que quieres para tu mundo, no en lo que los demás hacen o tienen.

No puedes concentrarte

Escribes dos líneas, chequeas los mails. Comienzas a elaborar un informe, te cuelgas en un video de Facebook. Corriges una planilla, envías un tweet. Ya lo dice el refrán: “el que mucho abarca, poco aprieta”. Tu energía se dispersa y estás más propenso a cometer errores. Así como cuando intentas hacer dieta y te engañas comiendo una galleta aquí, un chocolate allá, lo mismo pasa cuando navegas en la Web. Si no armas tu “dieta digital”, lo más probable es que consumas mucho “alimento” inútil. Define tiempos para cada cosa: para poner tus redes al día, para cumplir con el trabajo pautado, para contactar con las personas que deseas. Evita tener todas las ventanas abiertas en simultáneo. Si tu voluntad es frágil, instala alguna de las apps que administran tu tiempo online y bloquean a las redes - inclusive al WhatsApp- de manera temporaria.

El amor te distrae

Eso es hermoso siempre que logres un equilibrio. Te has descargado la app de Match.com, por ejemplo, y sientes que si no la miras a cada rato, el amor de tu vida se escapará. Sé disciplinado/a también para buscar el amor en línea. Dedica un tiempo diario y respétalo: puede ser una hora, por ejemplo, para mirar perfiles y contactar a los usuarios que te gusten. Todo en su justa medida, también el amor.

Lo que en verdad necesitas es una ¡dieta digital!
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